Disney destaca por la envergadura y diversidad de ingresos, junto al potencial en los próximos años de sus franquicias Pixar, Marvel y Star Wars. Buen ejemplo de esto parece que va a ser la recién estrenada Guardianes de la Galaxia. Lionsgate, por sus recientes éxitos, convertidos en sagas a las que todavía exprimir mucho tiempo. Dreamworks, pasa ahora por un peor momento ya que sus últimos proyectos no han triunfado como se esperaba con la ú
nica excepción de Cómo a entrenar a un dragón y su secuela, pero por eso mismo muchos consideran que puede ser un buen momento para invertir en ella.
La razón del post de hoy es precisamente ésa. Este sector no es típicamente value al depender en gran medida los beneficios de los éxitos cosechados en taquilla. Es decir, los ingresos no se pueden considerar aburridos y recurrentes sino que dependen mucho (en compañías “pequeñas” como Lionsgate o Dreamworks) de la repercusión de las películas estrenadas. Inestabilidad que no es nada propia de la inversión value. Disney por contra tiene una mayor visibilidad y recurrencia al ser un conglomerado.
Por otro lado, se puede encontrar una visión value en estos negocios si se considera la destreza y saber hacer del equipo directivo como factor diferencial y garantía de éxitos futuros.
En definitiva, nos encontramos ante un segmento de acciones apasionante para los aficionados al cine, que resulta fácil de seguir por su globalidad y repercusión pero expuesto a una no recurrencia de ingresos. Es, por tanto, una decisión complicada, que por mi parte todavía no está tomada.
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