La semana pasada desde esta humilde columna solicitaba la rápida resolución del proceso puesto en marcha para dar salida a las antiguas cajas del capital de Deoleo. Dicho y esto, jueves y viernes confirmaron la entrada de CVC Partners, al haber sido la mejor oferta presentada.
Esto que sin duda, es una buena noticia, en cuanto tendría que aclarar la composición de los principales accionistas en el medio plazo y garantizar la estabilidad de la compañía, permitiéndole centrarse en el negocio, tiene algunos cabos sueltos que merece la pena comentar pues pueden repercutir de forma relevante en los próximos meses en Deoleo.
CVC, pese a haber lanzado una oferta por toda la compañía, se queda con el 20% en manos de Bankia y BMN. A lo que hay que sumar otro 9% vía ampliación de capital. Máximo accionista pero sin control completo de la compañía, un objetivo que sin embargo parece puede seguir queriendo lograr con el tiempo, lanzando una OPA con la que captar las acciones de muchos minoritarios. Es decir, nuevo máximo accionista insatisfecho desde el día cero.
Caixa y Kutxa finalmente no venden. La mano negra del Gobierno (y sus más que probables compensaciones en otros asuntos) han hecho que ambos se sumen a Unicaja como bloque “nacional” estable de accionistas. Cambiarán de decisión en el medio plazo? Lo que queda claro es que tanto como Caixa como Kutxa no consideran Deoleo un activo estratégico y que tarde o temprano acabarán vendiendo.
Ebro apenas conserva el 3% de la compañía, la ha castigado en los últimos meses vendiendo descaradamente en el mercado. Lo restante parece que será adquirido por la SEPI (mano inversora del Gobierno) que a modo de advertencia quiere formar parte del accionariado, eso sí con un porcentaje irrelevante. Confirmando por cierto un mensaje intervencionista muy poco del agrado de los mercados.
Dcoop, el socio natural de Deoleo (uno produce y el otro envasa) queda relegado a un segundo lugar. Se ha apostado no por un socio industrial sino por la solución financiera vía CVC, Caixa, Kutxa y Unicaja. Su enfado es evidente pues una solución a largo plazo pasaba por Dcoop. Ahora es un enemigo dentro de la casa, que podrá vender en el peor momento o aliarse con otros envasadores y acabar constituyéndose en competencia.
Rápida resolución pero a todas luces mal cerrada por parte de la dirección de Deoleo, Bankia y el Gobierno. Incertidumbres todas ellas que amenazan con oscurecer la buena evolución del negocio (el ebitda del primer trimestre la confirma) y atenazan un cotización que difícilmente se alejará de los 0,38 euros de la oferta de CVC.
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