Semanas atrás escuchaba en la radio a un analista de mercados de regreso a caso. Al final de su intervención la periodista le pide una recomendación, algún valor recomendable para los oyentes. El analista no lo duda, “los cinco grandes del Ibex”, es decir, los conocidos como bluechips (aunque he de reconocer que este término parece estar cayendo en desuso en los últimos tiempos) del mercado español: BBVA, SAN, TFCA, REP e IBE. No pude sino quedar impresionado ante este juicio. Historias como la de Iberdrola que he ido relatando en varios posts anteriores demuestran todo lo contrario.
Recordé esta anécdota hace unos días cuando retomaba la última edición de Acciones ordinarias, acciones extraordinarias, tenía pendiente leer los escritos adicionales al anterior incluidos en la última edición. El primero de ellos se denomina, “los inversores conservadores duermen bien”... y en él responde a la típica expresión (tan común en estos días) “a partir de ahora seremos más conservadores” y que suele derivar simplemente en la compra de acciones de empresas grandes que por ese motivo deberían ser más sólidas.
Fischer describe de forma aplastante la diferencia entre una inversión conservadora y una inversión convencional, despejando dudas y aclarando que lo que comúnmente se denomina “conservador” es realmente “convencional”.
Muy recomendable lectura. Cuidado con los analistas, analicen y pongan criterio a sus palabras muchos de ellos tan sólo recurren a lo convencional y se les debe exigir mucho más.