Noticia apenas reflejada en la prensa, quizás por las implicaciones políticas asociadas (norma aprobada por Zapatero bajo la presión de Florentino, anulada por Rajoy cuando varias personas asociadas al PP acaban de unirse a Iberdrola).
Resultado, prácticamente sentencia final al asalto de ACS a Iberdrola. Adiós al asalto, la constructora no es capaz de tomar el control de la eléctrica más grande del país.
Y ahora qué? Quizás un venganza, una venta radical de la participación de ACS (recordemos que es el primer accionista), con minusvalías pero haciendo caja. Y lo que es mejor, castigando a la baja la cotización de la eléctrica ya suficientemente castigada.
Una historia que ninguno de los dos bandos tuvo que haber permitido. Duelo de egos, daño para ambas empresas y sus accionistas. Quizás aprendan algo de todo lo ocurrido...
Un espectador importante de todo esto, el principal accionista de ACS, Corporación Financiera alba, que confió en la aventura emprendida por la constructura bajo los designios de su presidente, Florentino Pérez.
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