Anoche saltaba la noticia, ACS vendía precipitadamente un 3% de Iberdrola forzado por la situación. Con Iberdrola por debajo de 4 euros la banca tenía la posibilidad de exigir más garantías a la constructura, y así lo ha hecho.
ACS paga caro su apuesta de control de la eléctrica basada en pedir dinero para comprar acciones. Muestra de una España creada sobre préstamos. Una apuesta no consensuada con los actuales dirigentes, que han reaccionado declarando la guerra. Toma continua de decisiones con el fin de defenderse de ACS.
Pero no olvidemos que también Iberdrola paga cara esta guerra, como hoy se ha visto reflejado en los mercados. Uno de los buques insignia del Ibex, desde la llegada de la crisis aparecía como uno de los valores seguros y más defensivos con los que protegerse. Los años han pasado y los resultados de Iberdrola no han cumplido expectativas, se ha terminado con Renovables (un experimento fallido) y se han gastado muchos esfuerzos en la lucha con ACS. Todo esto la acción lo va reflejando con una senda bajista clara.
Mi conclusión, ACS nunca debió embarcarse en semejante cruzada, y menos sin contar con el apoyo de la dirección, una dirección que ha demostrado no saber tratar esta cuestión ni tampoco conducir a Iberdrola por el camino del crecimiento.
Más incertidumbre para Corporación Financiera alba, el mayor accionista de ACS.