Tubos Reunidos vivió en 2014 un año con enormes contradicciones. Los inicios se prometían muy esperanzadores gracias a la finalización de muchas de las inversiones realizadas en algunos nichos de mercado de mayor valor añadido.
Las cifras del primer trimestre afianzaron las expectativas. La acción subió de los 1,75 a los 2,5 euros en pocos meses, era el momento esperado desde hace años.
Lo que no esperaba la compañía es la bajada acusada del precio del petróleo en la segunda parte de 2014. La transformación del mercado energético mundial debida en gran parte al fracking desplomó los precios y sembró de dudas a las compañías productoras, principales clie
ntes de Tubos.
Aún así, los resultados finales de 2014 me parecieron, en un clima tan adverso, decentes y decidí no vender a la espera de ver cómo la compañía en 2015. Y desafortunadamente la presentación de números del primer trimestre ha sido decepcionante. Las compañías productoras han parado sus inversiones lastrando la cartera e ingresos de Tubos.
Lo más preocupante quizás es que la empresa ante tal situación ha anunciado un giro a su estrategia de producción, centralizada en el País Vasco, con la intención de fabricar más cerca de sus puntos de venta. Esto, que algunos han interpretado como una buena noticia, para mí es un reconocimiento de un error grave en el plan estratégico.
En definitiva, y a la vista de lo expuesto he reducido mi presencia en el valor y es posible que la cierre en las próximas semanas.